Fuentes de óxido de azufre |
Las emisiones de SO2 proceden casi exclusivamente de fuentes antropogénicas, principalmente de la combustión del carbón, aunque también contribuyen la combustión del fuel-oil y la fundición de minerales sulfurados. No se conocen fuentes naturales importantes, aunque probablemente sea producido en la actividad volcánica.
La fuente de H2S atmosférico es la descomposición de la materia orgánica, siendo productivos especialmente los pantanos, turbas y lodazales de marea; otras fuentes son los océanos y fuentes biológicas terrestres, siendo una pequeña proporción resultado de las operaciones industriales. La oxidación completa del H2S da lugar a la producción de SO2.
La combustión de cualquier sustancia que contenga azufre producirá SO2 y SO3, formándose siempre el dióxido en cantidades superiores. La cantidad de SO3 depende principalmente de la temperatura y oscila entre el 1 y el 10 % de los óxidos de azufre totales, conocidos como SOx.
En la atmósfera, una gran parte del SO2 se oxida para formar SO3, que reacciona con el vapor de agua para formar H2SO4. La oxidación del SO2 es rápida debido a un proceso catalítico y fotoquímico.
El SO2 es irritante para el sistema respiratorio y los ojos, pudiendo provocar daños en el sistema respiratorio, sobre todo en personas asmáticas, ancianos y otras personas con problemas crónicos.
Las plantas se ven dañadas por los SOx, provocando dificultades en el mecanismo sintetizador de la clorofila. Las lesiones crónicas están caracterizadas por un amarilleo gradual de las hojas.
También los materiales se ven afectados por los SOx. El secado y endurecimiento de pinturas cambia en presencia de estos compuestos, se aumenta la corrosión de los metales, atacan a una amplia variedad de materiales, como mármol y caliza, afectan a monumentos, etc.
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