viernes, 29 de agosto de 2014

Contaminación por cadmio


La exposición al cadmio normalmente sólo ha ocurrido a obreros que trabajan en las industrias del plomo y cinc. Pero sin embargo, este compuesto permanece en el cuerpo humano mucho tiempo, provocando una enfermedad, llamada osteomalacia, que produce fragilidad en los huesos. También se le ha relacionado con la incidencia de enfermedades coronarias.



Contaminación por plomo


El plomo se encuentra como contaminante en el aire desde el momento en que se comenzó a añadir tetraetilplomo a la gasolina, por su efecto antidetonante.

Las emisiones  procedentes de las fundiciones y operaciones de recuperación de metales producen fuentes locales importantes de plomo. Pero la mayor parte del plomo en el aire se debe a los vehículos.

Es bien conocida la toxicidad aguda del plomo, por lo que su contaminación resulta preocupante.

Posiblemente, en el futuro irán disminuyendo los niveles de este metal en la atmósfera, debido a la sustitución de la gasolina con compuestos de plomo por gasolina sin plomo.



Contaminación por berilio


Existen dos enfermedades de pulmón asociadas con el berilio, una es la forma aguda de neumonitis química y otra enfermedad crónica y progresiva (beriliosis). Al contrario del mercurio, el berilio se halla próximo a su fuente. Por esta razón, es importante que se controle en las mismas fuentes.



Contaminación por asbesto


La enfermedad asociada con la inhalación de asbesto o amianto es la asbestosis, una enfermedad fibrótica no maligna. Pero también la inhalación prolongada de asbesto está relacionada con el cáncer de pulmón.

Una de las fuentes más importantes de asbesto es la pulverización de este material, como agente retardante del fuego,  sobre las superficies de las vigas de acero utilizadas para construir.

Por todas estas razones, está prohibida la utilización de asbesto en la mayor parte de los países.



Contaminación por mercurio


La mayor parte de los compuestos de mercurio se degradan bajo la acción de la luz solar a mercurio elemental, o se oxidan rápidamente a óxido de mercurio. Pero este contaminante atmosférico puede ser inhalado por el hombre e ingerido junto con los alimentos y el agua, afectando, sobre todo, al sistema nervioso central.

Los compuestos de mercurio entran en la atmósfera originados por volatilizaciones de fusiones metálicas y de la combustión de del carbón y otros combustibles fósiles. Otra fuente es el proceso de fabricación del cloro, en la que se usa una célula de contacto de mercurio metálico.

Es muy preocupante la movilidad del mercurio en el medio ambiente. Se han encontrado concentraciones atmosféricas preocupantes en las proximidades de grandes ciudades.



Contaminación por metales e iones metálicos


En los últimos años ha aumentado su concentración en la atmósfera, por lo que la legislación se ha endurecido, con el fin de evitar su emisión a la atmósfera. Es  particularmente preocupante la presencia de mercurio, berilio y asbesto.



jueves, 28 de agosto de 2014

La destrucción de la capa de ozono

Imagen del agujero de ozono en la Antártida

Imagen del agujero de ozono en la Antártida

El ozono es una forma alotrópica del oxígeno, que está constituida por tres moléculas de oxígeno. Se genera en la estratosfera por la fotodisociación del oxígeno molecular, seguida de la recombinación átomo-molecular de oxígeno. Al ser los procesos de eliminación más lentos que las reacciones de formación, se produce una acumulación neta de ozono.

La velocidad máxima de producción de ozono tiene lugar sobre el ecuador, que es donde la radiación solar es máxima, y a una altitud de 22 km. Esto es debido a la tendencia a una mayor intensidad de la luz solar al aumentar la altitud y a una menor concentración de oxígeno molecular fotodisociable con la altura.

Una vez producido el ozono, éste se desplaza horizontalmente hacia los polos, siguiendo los movimientos de las masas de aire estratosférico, al tiempo que disminuye de altitud. A altitudes medias, una pequeña parte del ozono estratosférico se introduce en la troposfera, donde es destruido parcialmente, aunque manteniéndose un determinado nivel de fondo, por la emisión natural desde la superficie terrestre. Debido a toda esta dinámica se forma una capa de ozono que envuelve a todo el planeta.

Existen compuestos naturales que destruyen el ozono estratosférico, pero su concentración siempre se mantiene dentro de un equilibrio. Los clorofluorocarbonos (CFC) son compuestos inocuos usados principalmente como refrigerantes y propelentes. Al ser estables, alcanzan la capa de ozono estratosférica y allí se descomponen fotoquímicamente. De esta manera, el cloro liberado ataca la capa de ozono. Existen otros gases, como N2O, CO2 y CH4, que también atacan a la capa de ozono, pero lo hacen en menor medida.

La erosión de la capa de ozono provoca un mayor paso de rayos ultravioleta a la Tierra, ya que actúa de filtro. Un aumento de la radiación ultravioleta provoca mayor incidencia del cáncer de piel, puede afectar a organismos acuáticos, sobre todo larvarios, afectar a la vegetación y a los materiales, e incluso provocar alteraciones en clima.

Por todas circunstancias, se va limitando progresivamente, con el impulso de acuerdos internacionales, el consumo y producción de CFCs. Surgen otras alternativas, como la utilización de hidroclorofluorocarbonos (HCFC), más fácilmente degradables que los CFC, aunque su uso no parece estar exento de peligro.